El hecho ocurrió en octubre de 2020, cuando la mujer visitó al hombre de 72 años y dejó abierta la puerta de su vivienda para que entraran los delincuentes. Días después, el grupo al que se sumó su hermano asaltó a una familia en otra casa.
El robo de los 8 mil pesos, el televisor 49″, la ropa y el teléfono celular le dolió, pero tal vez no tanto como la traición: cuando el hombre de 72 años se dio cuenta de que su vecina lo había entregado a los delincuentes, lo invadieron la bronca y la impotencia. Ahora, con el fallo que condenó a la banda de ladrones, tal vez esas sensaciones se hayan mitigado.
Todo comenzó el 2 de octubre de 2020, cuando en horas de la noche Romina Belén Murgia salió de la vivienda de Roque Sáenz Peña al 1500 y dejó la puerta abierta. Adentro, el morador del inmueble se disponía a acostarse sin sospechar que había sido traicionado por la mujer, con la cual lo unía una buena relación por habitar ambos el mismo barrio.
A las 23.30, dos delincuentes entraron a la propiedad e intimidaron a la víctima con un arma de fuego, un hacha y una maza. Posteriormente, la ataron de pies y manos, y le sustrajeron el dinero en efectivo y los distintos objetos de valor mencionados. Uno de ellos resultaría clave para detectar cómo se había pergeñado la traición.
Una vez que los intrusos huyeron, el hombre hizo la denuncia y personal policial comenzó a investigar el caso, bajo las órdenes del fiscal Mariano Moyano. Los pesquisas no tardaron demasiado en descubrir que Murgia había sido la entregadora: por intermedio de la empresa prestadora del servicio de telefonía celular de la víctima, supieron que la línea del aparato sustraído fue utilizada al otro día del robo por la propia mujer.
Además, el hombre declaró ante los investigadores que había visto a los dos delincuentes que lo asaltaron el día anterior en la casa de su vecina.
Por todo ello, el 15 de noviembre se llevó a cabo un allanamiento en el barrio El Progreso, a cargo del personal de la Delegación Departamental de Investigaciones (DDI) local, y Murgia fue detenida. En la vivienda, los detectives encontraron además rastros papilares de Braian Nahuel Alanis, quien tenía antecedentes penales, por lo que rápidamente fue identificado.
A Murgia la Justicia de Garantías le concedió días después el arresto domiciliario, debido a que se corroboró que hacía poco tiempo había sido madre y atravesaba el período de lactancia. Fue un error: el 10 de noviembre volvió a participar de otro asalto.
Esta vez, las víctimas no fueron vecinos sino cuatro habitantes de una vivienda del barrio San Jacinto. En esa oportunidad, los investigadores también descubrieron que Murgia había sido una de las tres personas que perpetraron aquel robo, junto a su hermano, identificado como Alan Agustín Murgia, y a Antonela Noé Yarussi.
La “traidora” fue aprehendida por la DDI durante un allanamiento.
Según la pesquisa, los Murgia entraron a la vivienda de 431 bis al 700 y con armas blancas redujeron a tres hombres y una mujer. En la maniobra, a uno de ellos le provocaron un corte. Mientras tanto, la restante ladrona aguardó en la calle, para vigilar la zona ante posibles arribos de testigos o de la policía. Cuando escaparon, los delincuentes se llevaron un televisor, ropa y nuevamente un teléfono celular.
Juicio abreviado
La “traidora” Murgia, su hermano Alan -que también tenía antecedentes penales- y Yarussi fueron aprehendidos luego de ese segundo hecho, mientras que Alaniz cayó en mayo de 2021 durante un allanamiento. En tanto, el segundo asaltante del vecino del barrio El Progreso no fue identificado.
En los últimos días, en la sala del Tribunal Oral Nº 3 se realizó el juicio abreviado a la banda durante el cual se acordaron distintas penas de prisión. Las mujeres permanecen alojadas en la Unidad Penitenciaria Nº 55 de Batán, mientras que los hombres fueron trasladados a la Nº 15.
De acuerdo al fallo al que tuvo acceso LA CAPITAL, los Murgia y Alanis recibieron las penas de siete años y seis meses de prisión, mientras que Yarussi cinco años y tres meses de prisión.